martes, 15 de diciembre de 2015

Juan Cházaro: La revelación matérica del caos

                         
La realidad de una obra es la triple relación que se establece entre la cosa en sí, 
el pintor que la produjo y quien la contempla[1] 
PIERRE SOULAGES. 


La construcción de un sello personal en el lenguaje pictórico, se adquiere de una conciencia:  la que otorga el poder de la observación y los nexos que se sostienen con el pensamiento, su lucidez desvelará la intensidad de sus cortezas más ambiguas; al mirarse en el reflejo del estímulo, dará pie a la materialización de la idea, ya retroalimentada de toda una gama de flujos que el artista se proporcione, pues en la savia de la inspiración lo que se revela es un repertorio: los elementos plásticos constantes, detonantes de una postura crítica en relación al entorno, al arte, a la sociedad y a lo inmanente a ella. Conciencia y pensamiento aclaran las intenciones que se conjugan con los dispositivos técnicos, vehículos de la contemplación para ejercer el análisis de la imagen, la propia imagen que el autor quiere para comprender la ebullición del mundo, el propio ir y venir de la autoconciencia.
El eje principal por el que el pintor Juan Cházaro García (Villahermosa, 1973) atraviesa en su proceso artístico, es la factura de la imagen, cómo se decanta en su principio estético para entrometernos a una mística depurada, una verdad envuelta por la capa matérica, por ese lodo sustancial con que se cubre “esa superficie histórica y enfermizamente plana”[2]en palabras del artista–. En este sentido la obra, que ya ha elegido ser pintura, usa las referencias de una tradición pictórica, que va de la reminiscencia romántica del paisaje hasta la ruptura generacional del arte moderno y contemporáneo: de William Turner a David Alfaro Siqueiros y Pierre Soulages como referentes visuales, pues retoma técnicas como el óleo, el collage, la aplicación de empastes y la dispersión acrílica sobre grandes soportes de madera; lo importante para el autor es el modo de ejecución de la pintura que se relaciona con un pasado por el aspecto físico y, con un presente por el aspecto temático.

Juan Cházaro.
La capacidad de invención es latente, el autor interviene sus soportes con una carga relacional, si bien matérica también alusiva a narraciones críticas que lo llevan a plantearse objetivos, indagaciones congruentes con las problemáticas actuales, con una visión que hace posible la estética que lo rige a pintar; sí, a pintar con la conciencia del ser obsesivo, reflexivo en su propósito. Arte y razón comparten en un mismo impulso la idea insistente que habrá de gobernar en la obra; no siempre la emoción se prepondera, no todo el arte es irracional y desbocado, existe por demás un punto de intersección entre razón y emoción, esto lo ha llevado a plantearse una serie de cuadros conducidos por un hilo temático: la geografía, los mapas conceptuales, el paisaje aéreo y la materia abundante con la que pinta para recrear la forma de la tierra, siendo la sobreabundancia el factor que habita esta génesis pictórica.

Refugiados. Estrecho Bering.
Refugiados II. 
Su obra se debate entre figuración y abstracción, entre magnitud y pequeñez, siempre circundando su idea de figuración con elementos minimizados que harán el papel de complementos secundarios; la magnitud se percibe en la atmósfera, el fondo, las capas de color, unas sobre otras a manera de intrincadas malformaciones texturales, lo mínimo siempre será un personaje, un objeto, que en el sentido de la narrativa hará la labor de contrapunto. Toda esa esquematización para representar el contexto circunstancial en que se procesan ciertos eventos; un fondo, es una gran masa de materia en estancamiento, en relación a objetos que precisan no quedar ahogados bajo el peso de la materia-caos.
La pieza Proyectos cívicos, es en suma una metáfora lograda: se basa en la idea de la devastación acaecida en el continente americano, es así que varios nombres de artistas latinoamericanos estás representados conceptualmente bajo escombros, un limpiavidrios sirve para despejar, apartar lo reversible de un buen segmento de materia corrosiva: un pantano de color-materia no desbordada al azar, porque aquí se precisa darle forma a lo que el capricho de la naturaleza recrea en la constante dinámica del movimiento y la destrucción.

Proyectos cívicos (The disclosed valley).
Existe una mirada preocupada en abarcarlo todo, una mirada que se estaciona en esas cortezas de materia para llevarlas al pretexto del cuadro. Existen también rasgos de una pintura acontecida en la pincelada robusta, directa, pero razonada en concordancia a una fuerza constructiva, contraponiéndose a la idea del fenómeno destructivo de la naturaleza que se percibe como primicia básica de la revelación. Existe también en su obra la constante de ver el mundo por fuera, como un asunto paralelo a entablar la demanda que el caos genera a su paso. Sus asuntos no reflejan afectaciones emocionales autobiográficas, en un juicio personal, su arte no es sinónimo de esa afectación emocional muy revisitada en la Historia de la pintura, del Arte en general. Juan Cházaro representa al artista científico que va ensayando fórmulas en la maduración de un discurso efectivo, un artista que se arma de las pautas de la investigación: arte-ciencia en la discursiva siempre audaz del acto creativo, a Cházaro le interesa el flujo de lo racional siempre con la dirección hacia lo que le preocupa: “la posibilidad matérica que puede adoptar la imagen, esta posibilidad siempre guía el resultado final, le da cauce y le proporciona múltiples posibilidades”[3]. Hay en su obra una capacidad de asombro: la misma que lo traslada a una infancia llena de cuestionamientos, el desprendimiento en capas de la tierra suscita una fijación por lo moldeable de su actividad plástica. En esta idea de los mapas surge la noción de alejamiento, provista también de lo contrario, como una pieza de dos vistas: por un lado, el alejamiento producido en la manera de contemplar el paisaje aéreo y por otro, ese close up que obliga al detalle de los planos y empastes sobretratados de la pintura; alejarse, acercarse concuerdan con la dinámica de analizar el universo.

Ultima carta para el Instituto Nacional de Geología (The disclosed valley).


(Texto de sala. Exposición “Pinturas” de Juan Cházaro. Galería Universitaria Ramón Alva de la Canal, Universidad Veracruzana. Agosto de 2011)

                                                                          Texto y foto de autor: Víctor Argüelles
                                                                          Fotos de obra: Juan Cházaro




[1] Pierre Soulages. Cita extraída de la exposición retrospectiva presentada en el Museo de la Ciudad de México, junio-agosto de 2010.
[2] Juan Cházaro. Testimonio del autor.
[3] Juan Cházaro. Testimonio del autor.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Poema

FIEBRE

La fiebre producida de los pensamientos más altos
me sitúa en esta orilla con mi arrastrado péndulo.
La partitura del  frío construye su nido, y un malestar de roca partida
de algo podrido quizá, se lleva el olor de días tan muertos.

En el aquí, enumero un patio, una escoba,
y unas manos rehaciendo el orden de la casa.

Sin la ruta habitual del aire suelo erguirme, no ser curva en el manantial secreto
ni giro indeciso removiendo tiras de tela colgada en tendederos.

De tanto camino una piedra guarda el toque de queda.

Algunos miramos hacia atrás donde los pasos han marcado su peso.
La orilla es blanda, nobleza que hace hundir pies y manos
para sacar algo perdido, en el momento en que el sol
dibuja un tatuaje en la espalda.

Lo sabes. Aceptas tus voces como plantas trepadoras
que hurgan en ti, atroces para reventar el alma.

De niños éramos esfinges corriendo al regazo de la tarde
ya de noche, perdidos, una ciudad nos atravesaba la garganta
mole desértica en el ojo, augurio de un mal morir.

En esta planicie, la hierba tiene el mismo realce, anuncia lo horizontal
y cubre la arena, levanta tu voz desbaratada de su boca
para dejarme de ti las palabras.

Publicado en la antología-agenda Poetas del mundo, Santiago de Chile, 2014 y en la revista Sinfín.