viernes, 20 de mayo de 2011

Sin títulos [cuadros]

[1]

Esto que no lleva el semblante altivo
tiene un blanco acontecer, un ruido de avispa íntima,
un nombre. Este escrito va por el mundo con la sed cansada
y un temblor de dientes
crujiendo entredientes la onda de un frío.
Sin título apuro las hojas, como un copo de ceniza blanca
sentenciando muerte
muerte de espesa noche.

[2]

Diluido entre tirantes del humo, una mole desierta se instala
en el ojo
un colgadijo que pende de los postes
tiene una muerte entre las uñas negras
es una porción de negrura rasgada de bordes
una premonición donde silencio y ruido congenian,
se vuelcan, uno hacia el otro;
abajo de una piel sedienta, rojiza, 
con la huella
ambulante del desperdicio.

[3]

Trazado rencor cuando paso, cuando desciendo
y un cuerpo abierto espera a estas manos,
y es la dermis secreta corrompida que hace estragos, que vela
y suspende hilazas de mi voz negra y descompuesta.
Ésta, sin ser un ronquido,
una protesta, se alza sola
a la llama, se gira a tantos grados para acomodarse,
percibir verdad después de la mentira,
romper la traza paralela de los cableados eléctricos,
romper la quijada de una banqueta
y ensordecer del polvo en la retina.
Ésta se contrae, escucha y calla.